viernes, 18 de abril de 2014

¡Un día para pedir misericordia y salud! ¡Xapaná-Omulú-Obaluaé!

Viernes Santo; ¡Atotô Meu Pai Orixá! ¡Abao Meu Rei! Rogamos nos limpies de toda impureza. ¡Paz en el mundo! Pan de cada día no falte. Respeto tu gran poder, mais não tenho temor de vocé pois sei que me ampara tua palha africana divinizada no dolor do sufrimento injusto! Tuas espinas me liberem das trevas e tua pipoca gostosa redima minha ánima das desvirtudes! ¡Me perfuman tus flores blancas de maíz y dendé cocidas en arena caliente! Te veneramos Padre de las angustias calmadas. Tu bastón nos ayude a caminar la vida. ¡Gracias infinitas!! ¡Grande Saravá! ¡Axé!





miércoles, 9 de abril de 2014

Yo mujer negra, política y religiosa

Se me ha cuestionado en algunas oportunidades que utilizo la religión para “hacer política” y bienvenidas las críticas pues ayudan a mejorar.
Mi pregunta es cómo haría para desdoblarme.
¿Acaso desmembrarme? ¿Cómo podría hacer lo que sea que haga sin ser lo que soy? ¿Sin ser yo y todas mis implicancias y compromisos?
Ambas disciplinas -la política y la religión- buscan el bienestar de la gente, son dimensiones diversas de la humanidad y a mi entender no solo no se contraponen sino que podrían resultar complementarias.
Tampoco los afroumbandistas pensamos que quien no cree en nuestra concepción religiosa tiene alguna clase de castigo o estará fuera de la gracia divina.
Los cultos afroamericanos en general son una prédica de libertad interior que se traduce en libertad de acción humana en comunidad y armonía con la naturaleza. El reencuentro con nosotros mismos y nuestra raíz ancestral que libera el placer de ser auténticos.
Las religiones son fuentes de buenas costumbres y ayudas individuales de superación, así como colaboran en generar inclusión y dar sentido a la vida.
La persona puede hallar ese equilibrio en nuestras prácticas afro rituales o en otras creencias o filosofías, o simplemente no necesitar esa guía y ser conducido kármicamente por un camino de paz y fraternidad, si es su deseo.
Creemos en la importancia de la familia como nexo de contención y cariño, como ensayo de solidaridad comunitaria, en los valores de respeto al semejante y al diferente, la equidad social, la convivencia en ciudadanía, el contagio de la esperanza de ser felices, esos son paradigmas comunes al creyente y al no creyente en tanto personas de bien, sin importar si tiene una religión, la misma que la mía, o ninguna.

Soy negra, mujer y “macumbera” y en mis planes no está dejar de ser ninguna de las tres cosas entre otras tantas multifunciones que tengo como todas las femeninas.
No soy mejor que nadie y tal vez pueda ser la peor.
Mis certezas son muchas dudas. Y no es filosofía de cartón sino mi realidad, pues siempre estoy preguntándome algo.
Vivo buscando el camino para nutrirme de experiencias que ayuden a los demás a no errar. Pues lo que sí sé, es que me indignan las injusticias contra los más débiles.
No pretendo ser ejemplo de nada y ni de nadie. Soy simplemente prueba de que es posible trascender las paredes de nuestra casa para ayudar a mejorar la sociedad en la que vivimos y vivirán nuestros hijos, hijas y nietos.

Soy uruguaya, afroumbandista y soy del Frente Amplio. ¿Cómo ocultar mi partido político o mi fe? ¡No sería yo! Sería como querer esconder mi color de piel o mis orígenes. Me parecería deshonesto. Una persona es un ser integral, no se subdivide, no puede, a menos que se recorte, se hiera, se cercene.
Soy Mae o madre espiritual afro así como madre carnal y abuela, y me duelen todos los temas sociales.

Lucho humildemente por cambiarlos con todo lo que puedo.
Ser yo, es lo único que tengo.

Susana Andrade
Atabaque