domingo, 30 de abril de 2023

MISA EN EL VILARDEBÓ O PROVOCANDO DISCORDIA EN LA SOCIEDAD

Una vez más la autoridad católica se burla de la ley en Uruguay. Si no se respeta la Constitución de un país se atenta contra la democracia y se invita a seguir el mal ejemplo subversivo del sistema legal republicano. Una verdadera lástima la prepotencia política sturliana. En edificios públicos actividades interreligiosas, o nada.

El Cardenal dice que no entra en polémicas y él las genera.
Gente que se dice de paz no puede faltar el respeto a las leyes ni promover enfrentamientos o desencuentros en la sociedad.
Si se habla de religiones, no se trata de la ley del más fuerte; “Yo hago una misa en un hospital público y ta.”
Una pena. Eso no hace la religión, ninguna. Las espiritualidades buscan confraternidad, amor, contención y la superación de la gente. No están para hacer que la ciudadanía se pelee y haga bandos. Es horrible. Coherencia por favor.
Y después se hace el tonto como que no se da cuenta que promueve la violencia con esas actitudes arrogantes.
No se espera eso de un líder religioso que en lugar de dedicarse a sanar y a amar; provoca la polarización poniendo al parecer su orgullo personal por delante del orden jurídico. Es como si viera su religión como a un cuadro de fútbol y juega a quien hace más goles o anota más tantos cueste lo que cueste. Muy triste, muy indigno de la sociedad uruguaya y de la humanidad, que necesita convivencia igualitaria para desarrollarse.
La equidad social es un distintivo democrático, un bien colectivo a salvaguardar. Las ideologías individualistas y autoritarias fracturan el entramado social, no aportan al diálogo ni al intercambio fraterno e instalan las jerarquías culturales, poniendo a las demás como creencias de segunda categoría. Eso es arcaico además de peligroso, pues con esas convicciones totalitarias se entronizaron los regímenes de facto y los fascismos. Porque quien pisa un derecho hoy, pisa otro mañana, el que le moleste, arbitrariamente. Entonces chau garantías a los derechos humanos.
Lo cierto es que ya no soportamos más privilegios porque hay mayoría de la población pasando mal y no se necesitan solo ritos sino ejemplos de solidaridad y respeto a la otredad.
En la decisión de ir contra la laicidad, saben bien que precipitan actitudes políticas confrontativas, que promueven “grietas” ya que está de moda el término. Lo peor es que son conscientes de lo injusto de las decisiones que toman, avasallando el sentimiento espiritual y religioso plural que existe en la sociedad uruguaya portadora y contemplativa de su diversidad ritual pujante y creciente.
En todo caso los espacios que ocupan las capillas católicas, deberían transformarse en centros de reflexión y amparo interreligioso sin definir ninguna religión, y que se usaran democráticamente para los diferentes cultos existentes en la población uruguaya que se jacta de su principio de laicidad inclusiva y no excluyente. Porque todas las creencias son libres y no debería haber categorías, sin embargo, es obvio que su representación pública será acorde a su poder adquisitivo e ingerencia política histórica. La realidad es que puede más siempre la misma, y a las otras, la libertad les da para casi nada.
Algunas ni alcanzan a marcar presencia social aunque existan e integren la multiculturalidad poblacional, por eso también era importante que el censo preguntara sobre religiones y el INE una vez más no lo hizo aunque lo pedimos.
Mientras la comunidad afroumbandista padece el acoso de una intolerancia religiosa exacerbada y subjetiva, que renace en denuncias, agresiones y muestras de odio de diversa índole hasta parecer un plan de exterminio de lo sagrado negro, el catolicismo dominante, por haber sido impuesto en la complicidad colonialista asesina del siglo 15 en adelante, hace pito catalán a los reclamos de una sociedad diversa que evoluciona, piensa, crece, se da la mano, y ya no quiere ser ignorada.
En el Hospital Vilardebó como en otros, existe una capilla católica construida luego de que dicho lugar fuera declarado “Asilo de Dementes” en 1860 y antes de la separación constitucional del Estado y el catolicismo.
Su sola existencia hoy, es una afrenta a nuestra Carta Magna.
Una vez más la Iglesia Católica uruguaya viola la laicidad sin que pase nada, y no es un tema menor, porque estamos hablando de igualdad y de derechos, de observar los cuales nadie está exento ni libre de responsabilidades si los deshonra. Esta debería ser una discusión pública con definiciones políticas, antes de salir a atajar penales cuando la Ley Fundamental ya fue violada.
Y claro que estaban primero los católicos, ellos fueron los que vinieron a colaborar con el genocidio africano e indígena durante las invasiones de países europeos en las llamadas américas. Y ese sufrimiento atroz por el crimen de lesa humanidad de la llamada “conquista” y el racismo institucional derivado, lo padecemos actualmente. Es un mal endémico del que nunca se hicieron responsables y por el que esperamos reparaciones, no caridad ni lástima, y menos demostraciones de poder.
Es una obviedad que hay sobre representación pública del cristianismo catolizante en una sociedad hegemónica blancoeuropea como la nuestra y la de muchos países que todavía estamos ideológicamente colonizados y también somos aun económicamente dependientes de las grandes potencias que forjaron sus fortunas capitalistas con la trata esclavista, robando y saqueando comunidades originarias y africanas.
Atención; si hay un servicio social que es factible de ser realizado por las distintas confesiones, estaría bien que cada una de ellas lo brindara desde centros interreligiosos en edificios públicos si así se decide democráticamente. Mientras no nos pongamos de acuerdo; que no haya misas ni nada parecido. O todos o nadie. Que se implemente de una buena vez la ley de educación 18437 art. 17, allí habla de la laicidad inclusiva no negacionista del hecho social de las creencias diversas y jamás de una sociedad vetusta donde siempre impera una sola si no interviene lo estatal.  Acá no es el Vaticano.
Ya no funciona el “hago mi voluntad y listo”. Por un lado mucha beatificación y por otro desatan peleas entre la población. “Fica chato ser bruto” como se dice en nuestras macumbas adoradas. ¡Saravá grande! ¡Axé!


                                           Susana Andrade - Cel 099215451

 

martes, 11 de abril de 2023

LIBERTAD DE CULTOS TAMBIÉN PARA AFROUMBANDISTAS

En Maldonado Inspectores de la Intendencia interrumpen una sesión religiosa y prohíben uso del tambor en forma permanente lesionando derechos humanos fundamentales con acciones arbitrarias

En medio de un ritual sagrado, y por denuncia de ruidos molestos, funcionarios de la Intendencia de Maldonado interrumpieron una ceremonia religiosa afroumbandista, abruptamente y con actitud intolerante, incluso no permitiendo que continuara el culto a palmas, diciendo que eso también era “ruido molesto” obligando a retirarse a la feligresía. La ley penal vigente dice: LIBRO II TITULO XI - CAPITULO V - DE LOS DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE CULTOS Y EL SENTIMIENTO RELIGIOSO Artículo 304 (Ofensa al culto por el impedimento o la perturbación de la ceremonia) “El que impidiere o perturbare, de cualquier manera una ceremonia religiosa, el cumplimiento de un rito o un acto cualquiera de alguno de los cultos tolerados en el país, en los templos, en los lugares abiertos al público o en privado, pero en este último caso con la asistencia de un ministro del culto, será castigado con tres a dieciocho meses de prisión.” Es muy claro el texto legal.

ATENCIÓN! los rituales afro o sesiones se hacen con música, canciones y percusión ritual o sea sagrada. Asociarlo a “ruido” resulta ofensivo, es discriminación religiosa. Los llamados “puntos” o “rezas” litúrgicas, son oraciones cantadas de invocación, alabanza, ruego, agradecimiento, festivas, y más.

Afirmamos que una mínima buena educación -ya ni hablemos de humanidad- hubiera hecho que esa delegación inspectiva tuviera una actitud más considerada con quienes allí buscaban refugio espiritual. ES UN TEMA DE CONVIVENCIA Y PEDIMOS QUE SE DILUCIDE A ESE NIVEL, NO CON PREPOTENCIAS.

En un mundo plagado de violencias varias y de pretextos para conflictos de toda índole, tener una oportunidad de paz, confraternidad, fuerzas y esperanzas para la gente, es un valor a cuidar.

En cuanto a derechos; nos protegen normas de máxima jerarquía como la Carta Magna, convenciones internacionales refrendadas por Uruguay protectoras de culturas históricamente vulneradas, leyes de tipo penal y normativas varias a nivel regional. Por mencionar algunas, Punto 8 Declaración de Ciudades Contra el Racismo, Código Penal Arts 304 al 306 y el 149 ter., Constitución Art. 5, Ley 17817 contra discriminaciones varias y la propia ley de Contaminación Ambiental Nro 17852/2010 que en su art 10 segundo párrafo habla de la no limitación de derechos.

Hay urgente y gran necesidad de capacitar al funcionariado estatal, para que sepan cómo tratar a la gente que colma las playas los dos de febrero en Iemanjá y que también somos ciudadanía, objeto de derechos y no de represión del poder público que momentáneamente se esgrime, sea administrativo, policial o judicial, poder que procede de la misma gente a la que en esos momentos de “inspecciones” están torturando literalmente cuando hay destratos, recortando el derecho constitucional al libre culto.  

Sería hasta inteligente desde una perspectiva gubernativa, dar chances de existencia sin sobresaltos sin racismos institucionales y exclusiones endémicas, a la diversidad afrocultural e indígena y sus ritos milenarios de veneraciones y cuidados a la naturaleza, en un planeta que sufre el calentamiento global por el mal uso de recursos no renovables, padeciendo las consecuencias de la rapacidad depredadora de los sistemas capitalistas, individualistas y competitivos, agresivos por definición.

Buscando generar pensamientos positivos y no represores de libertades, sería importante ocupar tiempo y dineros fiscales en implementar por ejemplo la Ley de Educación Pública 18437/09 que habla de informar en los ámbitos educativos de la existencia y costumbres de las diferentes creencias y ritos como hecho social. Para que no cunda el desconocimiento sobre quiénes somos y qué hacemos la feligresía de identidad afro sagrada, porque de lo contrario la ignorancia acciona irracionalmente disparando estereotipos, preconceptos, demonizaciones y al fin, la discriminación sistémica e institucionalizada por la historia de racismo estructural que pesa sobre las sociedades que no han sido ideológicamente descolonizadas.

Es imprescindible meditar de qué forma preservar la diversidad afroamerindia y sus costumbres ceremoniales en un medio urbano, para que no se normalize la exclusión y al fin se tienda al exterminio de concepciones milenarias del mundo trascendente, veneración a la naturaleza que son los Orixás, temas tan vigentes y necesarios en la ecología del planeta.

Se retiraron esa noche los inspectores municipales amenazando sancionar, luego de violentar la sensibilidad espiritual de mucha gente. El tema se hizo llegar al Parlamento, a la INDH, se enteró a la Junta de Maldonado y a los medios. No aceptaremos sin denunciar socialmente y donde sea necesario ningún tipo de violencia institucional, intolerancia ni racismo religioso contra la comunidad afroumbandista.

Fue desagradable por demás el procedimiento en Maldonado, forzaron a salir a los participantes de la sesión de Kimbanda controlando que se fueran todos. Somos religiosas y religiosos y fuimos tratados como delincuentes El daño ya está hecho y trabajamos social y políticamente para que no suceda más.

Cuando la responsable del templo se presentó en Higiene Ambiental le informaron que no la multaban porque había “comparecido”, y que debía gestionar el “permiso del tambor” aunque “no están dando permisos”. Nos preguntamos qué significa esto mas que la comprobación del manoseo institucionalizado. No callaremos; porque tales actitudes medran la calidad de una democracia que se supone debe garantizar el goce y ejercicio de los derechos humanos fundamentales de la población, no amenazarlos. Especialmente si se trata de los sectores más vulnerados y excluidos como son la cultura afrodescendiente y sus tradiciones ancestrales históricamente discriminadas. Este procedimiento de la intendencia de Maldonado fue autoritario, innecesario, un abuso y atropello con todas las letras, acto de racismo religioso, agresión a los derechos humanos, inconcebible del punto de vista legal y desde una simple empatía. Si fuera una misa ¿actuarían igual? Dicen que hay que avisar o solicitar “permiso” previo. ¿Todas las religiones avisan a la intendencia cuando van a oficiar cultos? Se trata de equidad social para un desarrollo igualitario.

Nuestra sociedad democrática vale la pena.


                                                                      Susana Andrade

miércoles, 5 de abril de 2023

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