Candombe de Reyes no era por
los Reyes Magos de la leyenda cristiana sino por los Reyes Congo de los Pueblos
Bantúes esclavizados celebrados en las Salas de Naciones; hasta allí se
remontan los orígenes del candombe ritual y sus más sagradas tradiciones
espirituales.
“La Iglesia Católica, que fueron los primeros especialistas
en marketing de la historia de la humanidad, crearon santos especialmente para
los negros; San Baltazar, San Benito de Palermo, San Martín de Porres… Son
santos creados específicamente para los negros. ¿Por qué? Los africanos esclavizados
prácticamente nunca tenían un momento de recreación, y los pocos momentos de
recreación que les permitían sus amos era para ir a la iglesia. Entonces la iglesia
católica para captar su atención, para generar adeptos, les tenía que crear algún
santo que fuera un poco a la medida de ellos, por eso los santos negros. Que
incluso San Baltazar a veces nosotros mismos terminamos confundiéndolo porque
es el seis de enero y entonces se arman los candombes de reyes y ahí nos viene
la confusión, porque los “Candombes de Reyes” no es por los Reyes Magos… Los candombes
de reyes son por los Reyes de las Salas de Naciones! Y en esas Salas de Naciones
se elegían los reyes que asemejaban a los reyes que tenían en sus comunidades religiosas
en África. Obviamente que la cosa había cambiado... pero así y todo, ellos
trataban de mantener alguna tradición por lo menos aprovechando el “día libre”,
entonces esa era la celebración de los
candombes de reyes… ¡DE LOS REYES CONGO NO DE LOS REYES MAGOS! Pero incluso
nosotros hoy, cuando lo celebramos los seis de enero, hacemos desfilar reyes
magos repartiendo regalos para los chiquilines que está bárbaro que está bien,
pero no tiene nada q ver con los candombes de reyes. Los Candombes de Reyes
es otra cosa, lo que celebra la cultura afro es a los Reyes Congo. Y el origen
de esas festividades es ese. Y es el origen, de alguna manera, también del
candombe. Las Llamadas tenían su epicentro en una celebración de origen
africano ritual. Todo esto para contar que las Llamadas originales no tenían
nada que ver con el Carnaval; también costumbre cristiana; pero como era una
cuestión festiva, se metió dentro del Carnaval en 1956.” Entrevista
hecha por Lucila Rada a Marcelo Fernández -Periodista, Investigador- en TV
Ciudad Ciclo “Montevideo Cuna del Candombe”. Mirala y escuchala acá https://www.youtube.com/watch?v=J0i04zERaY8&list=PLST4zdr192bnI8d3oevD6OgYBeI4uZ_5g&index=1
Ya lo han mencionado
historiadores antiguos y contemporáneos, el relato instalado a nivel mundial de
los Reyes Magos es una tradición católico cristiana que nos encajaron como
tantas cosas europeas colonizantes y discriminadoras para reprimir nuestra
identidad afro, y comimos esa comida que instalaron en casi todo el mundo
dominante y dominado, un poco obligados, un poco sin pensar, mucho por miedo, y
dimos por verdaderas verdades ajenas, basadas en modelos extraños a nuestra
herencia ritual africana. Sumando al dolor físico de la tortura, la esclavitud
y la muerte que reproducimos sin reflexionar, el dolor del etnocidio o
colonización epistemológica de ensalzar valores ajenos, despreciando los propios
de nuestra negritud ceremonial y sagrada.
Somos parte de una lírica
imperante que nos flagela sin látigo visible y con armas neocolonizadoras.
Señalar esta injusticia, denunciar el error histórico al que nos indujeron
subliminalmente con fines políticos de dominación social impune y esa sí,
diabólica, nos enoja con nosotros mismos porque si bien renegamos seguir siendo
parte del racismo normalizado, comprendemos lo difícil que es afrontar que
contribuimos al racismo sistémico, el solapado, el que no aparece si no se
detecta y denuncia públicamente. Y si no se lucha en contra, ayudamos a
perpetuarlo, por ejemplo cada “día de reyes” cuando seguimos ensalzando a un
santo católico y JAMÁS recordamos TAMBIÉN Y COMO MÍNIMO a nuestras reinas y
reyes congo de la divina ancestralidad bantú africana. Disculpen el exabrupto
pero es mucho dolor acumulado, mucha tristeza por la impunidad con que opera el
sistema racializado y violador de sensibilidades histórica y públicamente
ultrajadas al ser negadas por sus propios afrodescendientes, víctimas actuales
de un genocidio naturalizado y centenario.
Regalar juguetes a los niños
es precioso y más si es a niñez carenciada ¡Quién se atreve a decir no! Es
diosificante y facilongo dar limosnas si antes robamos toda la riqueza a esas
tierras y sus habitantes, incluso empobrecimos a su gente imponiendo la cultura
del asistencialismo en lugar de la equidad, mientras les adormecemos en
agradecimientos que atrofian el reclamo por derechos humanos. La caridad en este
caso, forma parte de las políticas de invisibilización del sistema racista y de
poblaciones subalternizadas para las que no hay movilidad posible en estos
sistemas infames. Igual que hacer una escuela encima de donde hubo durante el
período colonial, un centro de torturas esclavista, como allí en Capurro,
aunque se olvidaron de destruir los muros y la verdad vuelve aunque la quieran
borrar para borrar sus crímenes contra la humanidad, aún perseguibles penalmente
por el Derecho Internacional. Por eso los privilegiados del mundo neo
colonialista, están obligados a seguir naturalizando la exclusión, para no
hacerse responsables de la salvajada “conquistadora” que justificó el asesinato
en masa de millones y millones de personas africanas y de pueblos originarios
con el cuento de la evangelización o la “conquista” que fue saqueo masivo,
robos y homicidios de poblaciones enteras que hoy tapan con nicolases, baltasares
o falsos patronos. Los negros y negras torturados por la esclavitud no tenían
“patronos”, tenían dueños directamente, que los compraban como mercadería
humana. Nuestras tatarabuelas y tatarabuelos o como se diga fueron
violentamente sometidos, no tenemos este color de piel porque sí, sino como
resultado del sufrimiento interminable e inenarrable -por algo hoy luchamos por
equidad racial y contra el racismo- de nuestras familias víctimas del tráfico
negrero. ¿Es necesario recordarlo? Parece que sí.
Hasta les decimos “las
verdaderas llamadas” a las de enero porque son las que se hacen sin concurso
contribuyendo a perpetuar la deformación cultural. ¿Y quién nos obliga sino la
propia obsecuencia o inconciencia negra? Nuestra costumbre forzada de
autocensura, de obedecer al yugo del látigo y el terror al castigo que nos amansaba
por el rigor del martirio físico y sicológico, olvidando que la fe es nuestra
gran FUERZA, la de la Naturaleza creencia en Orixás de Justicia, Alegría y Poder
Liberador que fuimos coaccionados a olvidar o hasta a desmerecer bajo el manto
discriminador de brujería, macumba o cosa de negros. ¡Qué pena no lograr romper
cadenas invisibles y ser fieles a nuestra Memoria Histórica! Si ya no es
posible revertir el relato matrizado REIVINDICAR CONGO JUNTO A BALTAZAR.
Estos pensamientos escritos
son preguntas y razonamientos que invitan a pensar, estudiar y recuperar
nuestras raíces africanas invisibilizadas a propósito porque nos daban energías
de verdadera independencia lo cual iba contra la acumulación de riquezas de los
traficantes esclavistas. Que actualmente gracias al capitalismo que les hicimos
tener por tantos siglos de mano de obra gratuita y apaleada, nos oprimen como
clase obrera.
SÉ QUE NO ES ROMÁNTICO LO QUE
DIGO PERO LA POESÍA SIN VERDADES ES PONERLE MIEL A LA COMIDA PODRIDA, NO HAGO
ACUERDO CON ESO Y ESTOY GRANDE PARA CALLARME ¿Quién que no quiera ser
“demonizado” diría esto? Pero por BRUJA ya estoy condenada socialmente y no me
quita el sueño, vinculada a un Satanás cristiano que no sé si es bueno o malo
porque no pertenece a las leyendas ni seres del astral superior afroumbandista,
ese demonio es una construcción cultural occidental y católica, no tenemos esa
figura en la cosmología africana ni indígena, aunque la inventaron, la
universalizaron y nos la tiraron encima. Máxima forma de discriminación racial
el miedo, la culpa, lo tenebroso. Todo lo malo siempre es negro qué casualidad,
hasta esos santitos pintados no pertenecen al santoral “oficial” ¡Cuánta
hipocresía!
Sin embargo, el conocimiento
nos hace libres y en la era virtual de encontrar los relatos de injusticias reveladas,
podemos elegir, o al menos tener conciencia crítica. Revisar la historia en pro
de cambios de paradigmas supremacistas, ir camino a libros de enseñanza en
equidad pluriétnica y multirracial. Hoy sabemos las causas políticas del
genocidio africano e indígena. Pensemos entonces; el milagro, la epifanía, los
santos, las vírgenes, todo es ajeno. Siempre son menciones bíblicas, y aceptarles
es aceptar la Biblia con la que justificaron una supuesta “evangelización”
sangrienta, el tráfico esclavista y la diáspora cosificante que nos trajo hasta
acá.
Las historias bíblicas no
tienen nada que ver con la cultura africana, al menos no con la iconografía
religiosa afro ritual que conformó la macro identidad local. Ese mito se
trasladó al mundo hispano invadido como forma de colonialismo cultural, y qué
casualidad!! Todos los representantes de los mundos diversos, venían a rendirle
pleitesía al enviado salvador CATOLIZADO POR SUPUESTO ¡hasta los africanos que
tenían su propia concepción de lo trascendente, y que como gesto diplomático
bien, pero no para cambiar lo propio por lo ajeno/mejor! Entre tantas cosas que
nos robaron también nuestras verdaderas celebraciones! Qué verguenza! Sin
embargo, aún estamos a tiempo de rescatar nuestras tradiciones africanas. Y SI
BAILAMOS SEPAMOS PARA QUIÉN Y PARA QUÉ, Y FORTALEZCAMOS NUESTRA IDENTIDAD
AFRODESCENDIENTE EN LAS CALLES CON NUESTROS CANDOMBES HERENCIA VALIOSA, HERMOSA
Y DESEADA.
En otras tierras colonizadas
hay naciones congo muy numerosas igual que acá, Panamá, Cuba, Colombia y tantas
tierras arrasadas, esos países celebran Congo también aunque junto a otros
universos religiosos porque mestizados estamos y no hay por qué negarlo. Levantar
las propias banderas es DIGNIDAD y aporte a la sociedad que integremos. Así que
sincretizando, o más o menos mezclados con los íconos europeos como podría ser
una Umbanda en nuestras latitudes o cualquier invocación espírita, al menos
nombremos, toquemos, dancemos y vivamos esa ritualidad negraza que nos habita,
tan necesaria para la humanidad.
Es difícil y miran raro si le
decís a un afrodescendiente que están ensalzando una tradición cristiano
católica de las que usaron para violentar a nuestras familias africanas
antepasadas portadoras de la cultura candombe madre de libertades, y que el
culto a Baltazar es un invento blanco europeo que contradice lo que significa
la esencia del candombe; legado cultural afrouruguayo surgido para compartir no
para competir. Pero SÓLO hay que pensar un poco; de los barcos negreros no
bajaron con la Biblia nuestras abuelas y abuelos africanos esclavizados, traían
sus propias creencias que por estos lares recrearon en las salas de naciones y
dejaron ver como danza profana para su preservación, como el samba en la
hermana Brasil. Hoy también sucede que es más la gente no afrovisible que
practica religiones de matriz afro o afroindígena, que los propios afrodescendientes.
¿Por qué será? Contestando esa pregunta también surgen verdades. Claro que las
religiones no tienen color y las abraza o no quien así lo siente. Sin embargo,
cultos afro es cultura afro y pertenece a la memoria de los afrodescendientes
ese acerbo lo practiquen o no, tienen/tenemos derecho humano a conocer la
historia completa, no la que fue contada por los opresores “a su imagen y
semejanza”. ¡Cuidado!
Meditemos; si no respetamos
nuestra identidad en lo sagrado -como puede ser el caso de nuestros muertos,
los ritos, lo perteneciente al mundo no visible, nuestra filosofía espiritual-
no nos respetamos. Y no es necesario ser religiosos sino reconocer esa parte tan
sensible de nuestras costumbres que nos obligaron a olvidar o a desconocer como
propia porque les convenía. NO HAY NADA MÁS RICAMENTE CONTRA HEGEMÓNICO, PACÍFICO
Y SANADOR, QUE UNA PERSONA EN TRANCE INCORPORADA CON SU CABOCLO O SU OGUM,
PRETA O PRETO VELHO, SU EXÚ O POMBAGIRA U ORIXÁ PROTECTOR. El poder de
resistencia y hoy de resiliencia que tienen las creencias afro es indiscutible,
y por eso también ha sido una herramienta de apropiación blanca, sin renegar de
eso sólo cuando es usada para manipulación de la población afrodescendiente víctimas
de la trata. Es como el idioma que hablamos, mayoritariamente lenguas de los
colonizadores por aquí, ya que ni eso nos dejaron. De rigor, ni cumpleaños
podríamos festejar porque nos medimos por calendarios greco romanos o algo así
y no me importa si me equivoco, no es mi cultura.
La realidad es que nos quitaron
todo, es irreversible el daño y nuestra grandeza candombera ya es patrimonio de
la Humanidad uruguayo, no solo de los afro. Y posiblemente eso esté bien, o lo
mejor posible. Ya es hora entonces de que al menos llamemos a las cosas por su
nombre. Porque sino… ¿De qué reparaciones hablamos? Todo se mide en base a una
cultura impuesta por los verdugos europeos responsables de la trata
transatlántica y la gran inequidad social y racial del mundo latino y caribeño
donde pusieron sus garras hace siglos para nunca más quitarlas estos criminales
de lesa humanidad a los que les seguimos festejando a sus “santitos”. ¡¡CHÉGA!!
Aunque las sociedades post colonialistas y sus gobiernos reconozcan la deuda
histórica derivada de los siglos de esclavitud africana e indígena, si nosotros
en pro de la convivencia que entendemos hay que lograr nos dejamos seguir
colonizando no avanzamos. Que la paz nunca ser logre a costa de la verdad, sin
la cual no habrá justicia. Como Jalouín y la Navidad, tradiciones de la cultura
blanco dominante y allá vamos todos como ganado. Al menos eso más o menos se
sabe, esto otro “pintado” de negro está bien disfrazado para que nos atrape el “engaña
pichanga”. Al menos si lo hacemos, sepamos que ese Baltazar católico, es
instrumento ideológico de los que nos esclavizaron con sus costumbres
religiosas contrarias a las nuestras, y que de santos no tenían nada cuando las
inventaron para torturar, asesinar, esclavizar y robar a nuestras y nuestros ancestros.
Axé de Amor por lo que somos. ¡GRACIAS!
Susana Andrade
El "genocidio" es un delito
reconocido a nivel internacional. El término tiene una definición legal
específica. Refiere a actos cometidos con la intención de destruir, de manera
total o parcial, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.