miércoles, 30 de julio de 2014

MENTIRAS Y VERDADES SOBRE LA RELIGIÓN UMBANDA


Pusieron foto de un gato muerto simulando una ofrenda del culto afroumbandista en las redes.

Como integrantes del colectivo, queremos compartir algunos conceptos sobre la cultura africana ritual, que podrían resultar vilipendiados por esa tendenciosa exposición totalmente falsa. No hay ningún rito afro que incluya animales domésticos. Si alguien hiciera una aberración de esa magnitud, atraería para sí energía fuertemente negativa.

Esto hace pensar si al gato no lo mataron quienes publicaron dicha foto. Hace años que sectores sensacionalistas del activismo animal utilizan imágenes similares. Van a hacer lío en las domas, han abierto jaulas del zoológico, una vez se robaron el tucán, fueron a provocar en la celebración de Iemanjá, y tienen patovicas entre sus filas.

Su cometido es generar impacto, alarma, mucha, que justifique pedir donaciones que llegan en dinero, vehículos, inmuebles y todo tipo de bienes de considerable cuantía para el “rescate y protección”.

Habrá quien se ocupe seriamente del cuidado de los animales desprotegidos y me parece genial.

No creo que sean quienes despliegan intolerancia por doquier y son violentos para conseguir algo que esencialmente es bueno. El 2 de febrero en Ramírez tenían una pancarta que decía “Si querés ofrecerle sangre al demonio, dale la tuya”. ¿Adoran animales y odian a la gente?

Vale aclarar; En la religión sincrética Umbanda, no hay faenas.

En los cultos afro; batuque, kimbanda, candomblé; los animales que se sacrifican son de criadero y para comer en comunión de fieles durante los retiros espirituales, ocasiones en que no se puede alimentar la persona con carne de los comercios porque resulta impura.

En las instancias de “aprontamientos” o consagraciones especiales, el sacerdote o la sacerdotisa, mata al animal de determinada forma -tiene que ser con el menor sufrimiento posible- parecido a como se hace en la religión judía o la musulmana, se cocina, y se hace una fiesta para ofrecer nutritivas y deliciosas comidas típicas que incluyen tortas adornadas, granos y frutas además de diferentes carnes.

Las mesas festivas de templos afroumbandistas, hermosamente presentadas, son habituales en barrios populares donde el tambor sagrado anuncia buena y gratuita comida, dádiva de simple generosidad sin prédicas proselitistas. Solo por el valor de compartir.

Los contingentes humanos originarios de estas tierras, más la presencia africana traída forzadamente durante el período colonial con el tráfico esclavista, marcan su impronta en la población de nuestro país. Somos herederos de la “garra charrúa” de nuestros indígenas. Y de las huellas de la africanía; el candombe y la religión son las más representativas.

Las personas que fueron bajadas a latigazos de los barcos negreros, no eran cristianas Traían sus propias creencias de veneración a la naturaleza que son los Orishás símbolos de vida y resistencia.

Es penoso que padezcamos todavía una colonización ideológica aguda, que impide disfrutar otras realidades no hegemónicas provenientes de la diversidad cultural que nos rodea y también forma parte de nuestra identidad.

Es hora de valorar en su real dimensión este mundo multicultural donde es imprescindible el aporte a la creatividad que nos brinda la diferencia y buscar el bienestar colectivo en respetuoso conjunto sintiéndonos hermanos de planeta.

Si no llegamos a concebir la riqueza de la otredad y su espíritu mirando con los ojos del alma, seguiremos viendo sólo al gato muerto que -oh casualidad!- era negro.

SUSANA ANDRADE - ATABAQUE “Por un país sin exclusiones” - 099215451


PUBLICADO EN DIARIO LA REPÚBLICA EL 29 DE JULIO 2014

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